sabado

sábado fin de marzo

me levanto como un zombie a hervir corazones para que mado (la chihuahua de k.) se los coma.

panorama desde la combi: un militar se come un chup mientras dobla la esquina. dos pirañitas juegan con un blackberry que recién han "encontrado". la cola del banco, tan larga como un intestino, avanza lentamente hacia la esquina, y defeca sus sueldos de fin de mes en las ventanillas. los barcos del puerto siguen en el mismo lugar que los dejé ayer, y al pasar el rompemuelles, mi rodilla ha vuelto a lamentarse por esa punzada muscular que ya convive en mi por tres semanas. tres semanas más pateando latas.

hoy vinieron a hacer huecos en la pared y el piso del apartamento, para taparlos luego con esa mezclilla detestable que se pega en la suela de los zapatos y se pega también en la garganta. hicieron cirugía menor a las tuberías de la terma. dice el gasfitero que el termostato está malogrado. tal vez por ello la presión de k. sube y baja constantemente, y yo tengo el espíritu desarreglado, que no regula. a veces helado, a veces ardiendo.

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perforaciones craneanas sabatinas.