ánimo!

las madrugadas se cubren de minutos aletargados. solo un bicho recorre mis tripas y desvela mi ombligo. triste, desafinado, decaído...como una luciérnaga en pleno sol. perfumo lo que me queda de piel para que más tarde la descomposición no nos afecte ni el desayuno, ni el almuerzo, ni el bocadillo de la media tarde o el sushi por la noche. al parecer todo esta bien, pero cuando vayamos lejos del desagüe me mirarás con perplejidad y te darás cuenta que lo que olía profundamente a podrido era yo.

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no menciones al ánimo degollado. no lo llames por su nombre. pero tampoco ignores que es quien te da las buenas noches y te arropa antes de dormir. retransmítelo. repite una y otra vez que ha regresado. que llegó y se apoderó de tu cama y de tus zapatillas. para variar.

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acumula más premios al fracaso. vístete de gala para la premiación. levanta el mentón, así nena, así. publica tu libro, ese el de “soy la mosca que vuela alrededor de la caca hecha por mi”. redoble de tambores. el momento crucial. cruza la puerta y jala la soga, y al mejor estilo de la reina de la chatarra, corónate con toda la basura que te cae – constantemente – encima. llora de felicidad y ondea la mano para saludar. aplaude y agradece. toda una miss simpatía. world peace, si, world peace y que te cojan y te coronen y que te den por ahí.

no te hagas. ya sabías desde tu placenta anfibia que este mundo de humanos no era para ti.

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ánimo! yupi!