y yo, simplemente, te vi

todo se juntó repentinamente esa semana. yo estaba de boleto por más de tres dias y el alcohol se percibía a casi un metro de distancia de mis poros. andaba con dos o tres soles en el bolsillo al día pero de alguna extraña manera terminaba bebiendo como si fuera dueña del bar. y, a consecuencia de tanto trago helado, me dio tal laringitis que no podía emitir ni monosílabos, y me comunicaba por señas o papeles escritos. mi hermana estaba internada en una clínica con un diagnóstico que todos desconocíamos

y también

después de andar por casi todo un año

pateando mi corazón roto

(y también después de prostituirlo un poquito)

tuve mi primera cita

con la chica de mis sueños

la misma chica que durante meses me saludaba y yo no sabía quien era. la chica que pasaba ante mi mirada solo por segundos y con las electrizantes chispas de sus ojos verdes me paralizaba. me desnudaba. y para colmo sonreía. la chica, la espectacular chica, que se convirtió en la vital luz de mis absurdos sueños. y llegaba al fin hasta mi, llegaba a materializarse entre mis manos y mis labios...llegaba para irse de viaje a los tres días de salvarnos mutuamente del desamor.

y yo sin voz.

y yo sin dinero.

y yo con mi corazón roto y desconfiado

y yo con la misma ropa de tres días!

y yo sin cabeza para tolerar tanto amor...

me bañaba en el cuarto de clínica de mi hermana. dormía en la cama de visita. y como todo le daba naúseas, también me comía la comida que le recetaban. por otro lado, cuando el universo conspira...ya sabemos que pasa. y nuestra primera cita coincidió con el día del trabajo. día que yo no tenía motivo de celebración por ser una desempleada más, pero como todos estaban felices y a mi me encanta colarme, pues ahí me encontraba, haciendo la cola para comprar una jarra de cerveza más...con la tarjeta de crédito de mi amiga P. (y también un polo que me tuvo que regalar) y llegó la chica de los ojos de mar....y yo sin palabras, literalmente.

y la vi. y me vio.

y de eso me acordaba esta semana. de los tres días totalmente alucinantes que pasamos en Lima, para luego separarnos un eterno mes en el cual yo, como la mayoría de cosas que pasan en mi vida, NO SE COMO, reuní los huevos para decidirme a seguirla en su viaje...y la encontré.

y sus electrizantes ojos verdes

- a veces turquesas, a veces plomos, a veces color cielo -

siguen, gracias al universo o a quien sea, paralizando mis días.

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el carga con 11, ella con 6

y si reía le daba la luna

miren todos...ellos solos...

pueden MAS que el amor...