sábado, 22 de marzo de 2008

corazo[nada]


¿cómo sacarnos de encima esos sueños inútiles? esos que dan vueltas como buitres alrededor de nuestras cabezas, esos que sabemos que de ser plegarias atendidas tan sólo nos traerían más lágrimas a la laguna que ya tenemos por dentro. estos días he tratado de sacármelos de encima y encontrar respuestas en las películas, en los libros, en la poesía (oh captain, my captain)... en el alcohol pues casi nada... ando enferma justo esta semana santa. tal vez sea un reflejo de lo que me pasa por dentro. me acuesto a las 5am y me levanto a las 11am con las mismas preguntas y sin las mismas respuestas que ansío. me miro al espejo y la imagen es siempre la misma: no me he bañado aún, pero el espejo está como empañado, y por más que paso mis manos para limpiarlo sigue difuso, sigo difusa, sigo sin verme claramente el rostro. ¿rostro? ¿cuál rostro? ¿o el de quién? qué rostro pensabas encontrar, ¿eh?.


dormir es siempre lo mismo. la cama solía ser el espacio donde engañaba al tiempo y a mi cabeza. el sueño liberaba y me escondía de lo que me persigue. pero de acá a un tiempo no funciona esa técnica. peor aún. si duermo cuando no hay luz, presiento que vendrán por mi. presiento que el hilo de mi vida hace tiempo es jalado por ellos. o ellas. igual me rodean, son centinelas de mi sueño y también son flageladores. cielo, cielo, ¿cómo te explico esto si ni yo me lo puedo explicar? como decirte, por ejemplo, que con una mano aún cuelgo y me sostengo desesperadamente del trapecio que a ti me une, pero que con la otra, irónicamente, me hago cosquillas para ver si así me suelto. esto que no es poesía, ni es catársis, ni es arte, ni es bueno, ni malo, esto que no tiene definición, y simplemente llega sin invitación.


y mi corazón. como diría eielson, que tal imbécil, mi corazón. tiene más ganas de vivir que antes. ya no se muere por morir. mi casa está rodeada por ventanales gigantescos desde los cuáles veo las cuatro esquinas de todo Lima. llevo tus ojos conmigo en un bolsillo de mi piel, al lado izquierdo del pecho. voy de la mano de ire y pierre cuando no se cruzar la pista. tengo a rocco dormido sobre mis piernas, respirando profundamente en sus sueños. tengo noticias de Dios de vez en cuando. y, últimamente, camino por las calles y me cae una que otra gotita de lluvia en la punta de la nariz. ¿cómo querer morirse con algo así?


sólo estoy cansada. de tener casi tres décadas de intentos fallidos de entender este camino. o estos caminos. este zigzag de sentimientos. estas batallas de las cuales nunca salgo con medallas. ni honor. treinta años de este cuerpo abstracto como un picasso, y esta mente que titila como foquito viejo de navidad. treinta años corriendo en espiral por esas escaleras que se derrumban a mis espaldas. mi corazón está latiendo más fuerte que nunca. está gritando. está tan feliz el pobre y ciego imbécil.

1 comentario:

Melisa Marin dijo...

HOLA, NO SABES COMO ENTIENDO ESTE POST! DORMIR ES LA UNICA SALIDA DE ESTE MUNDO , PERO AHORA NI ESE LUJO SE ASOMA.
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CHAU
MELISA